Las ensaladas pueden y deben tener un papel protagonista en una alimentación sana y equilibrada por muchas razones: la más importante es la gran cantidad de efectos beneficiosos que tienen en nuestra salud. Son, además, fáciles de preparar , nutritivas y muy saludables. Las ensaladas pueden resultar platos muy atractivos si las combinamos bien con una buena variedad de colores, sabores y texturas.
Incluir una ensalada en nuestro menú diario, puede reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades del corazón, degenerativas y obesidad, pues aportan minerales, vitaminas y una considerable cantidad de antioxidantes.
Ahora que se acerca el verano y nos apetecen comidas más refrescantes, es el momento ideal para introducir este hábito en nuestra vida y, cuando llegue de nuevo el invierno, ya no podremos prescindir de ellas.
Una alimentación sana es la clave para mantener y proteger nuestra salud, aumentar nuestra energía, retrasar el envejecimiento y potenciar nuestra belleza de dentro hacia fuera, al mismo tiempo que nos ayuda a mantener un peso correcto. Beneficia no sólo a nuestro cuerpo, sino también a nuestro espíritu, porque cuando nos encontramos bien físicamente, estamos más contentos y nos sentimos más felices.
Comer ensaladas es la mejor manera de comer alimentos crudos. Cuando cocinamos los alimentos, algunos nutrientes se deterioran por efecto del calor y otros se pierden por completo. Comer los alimentos crudos nos garantiza que, con cada bocado, estamos aportando a nuestro organismo una buena cantidad de nutrientes intactos y las enzimas que aportan los vegetales, tan necesarias para la realización de la digestión y otras funciones vitales.
Las ensaladas nos aportan todos los beneficios de las verduras e incluso de las frutas si nos gusta añadirlas. Ya vimos en otra entrada anterior que los colores de las frutas y verduras se deben a los pigmentos que predominan en cada una de ellas. Estos pigmentos, además de su alto poder antioxidante, aportan beneficios específicos a nuestra salud, por lo que al mezclar verduras de varios colores, obtendremos también numerosos beneficios.
El gran aporte de vitaminas, minerales y fibra nos protege contra la hipertensión, el colesterol alto, el riesgo de infarto, las enfermedades degenerativas, el deterioro de la vista y de la piel y tiene un efecto muy positivo en los niveles de azúcar en la sangre, lo cual beneficia a las personas con diabetes y reduce los "ataques de hambre" repentinos.
Al estar compuestas por alimentos con un altísimo porcentaje de agua, nos ayudan a mantenernos hidratados, sobre todo durante el verano y son especialmente indicadas para las personas que no beben la cantidad suficiente de agua.
Esta hidratación es muy importante para que el organismo realice todas sus funciones, y en nuestro aspecto exterior, se refleja de manera especial en la piel, ya que la piel de una persona poco hidratada, suele tener un aspecto más seco. Esta cantidad de agua, unida a la presencia de potasio y el bajo aporte de sodio, tiene un efecto diurético, que convierte a la ensalada en un alimento depurativo y desintoxicante.
Las ensaladas son una de las más saludables fuentes de fibra que, como ya se ha dicho, ayuda a mantener los niveles de colesterol, reduciendo el LDL. Pero este no es su único efecto beneficioso. Cabe destacar su capacidad para evitar el estreñimiento y reducir el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer como el colorrectal. En cuanto a la obesidad, la fibra es una gran aliada de las personas que necesitan perder peso, por la sensación de saciedad que proporciona sin ingerir demasiadas calorías.
Aportan grasas saludables si las aliñamos con un buen aceite. Para mí, la mejor opción es el aceite de oliva virgen extra con unbuen chorro de limón que nos aporta vitamina C. Esta vitamina promueve la formación de colágeno y tiene propiedades antiinfecciosas, entre otras muchas propiedades. También podemos incluir en la ensalada aguacates, nueces y otras semillas que nos proporcionan los tan beneficiosos ácidos grasos omega tres y proteínas vegetales. Debemos evitar los aliños industriales, especialmente los cremosos preparados con grasas saturadas o trans.
Las ensaladas son una buena opción como plato único. A las verduras les podemos añadir pollo a la plancha, salmón al vapor o un queso fresco, lo que las convertirá en un plato delicioso y saciante. En cualquier caso, si decidimos comer un segundo plato, la ensalada siempre se debe comer en primer lugar para que los nutrientes se absorban correctamente. Después de la ensalada, tendremos menos apetito y el segundo plato no será tan contundente.
Si quieres perder peso, mejorar tu alimentación o adoptar hábitos saludables, las ensaladas pueden ser tu mejor apuesta. Sin embargo, hay que tener cuidado cuando se comen fuera de casa, algunas incluyen ingredientes como pollo empanado y frito, quesos muy grasos o embutidos poco saludables.