La fruta es uno de los alimentos más suculentos que tenemos a nuestro alcance. Suculento significa, según el diccionario de la RAE: jugoso, sustancioso, exquisito, tres adjetivos que encajan perfectamente con este regalo de la naturaleza. Jugoso, porque la fruta está llena de agua; sustancioso porque nos llena de sustancias beneficiosas para nuestro organismo y exquisito porque la variedad de olores y sabores es una delicia para nuestros sentidos.
Sin embargo, pocas personas le conceden un sitio de honor en su alimentación, a pesar de saber que es un alimento sano y lleno de vitaminas.
Nos llena de vitalidad, porque es un alimento vivo. Cuando está en el árbol respira, crece, absorbe sustancias de la tierra y en su interior se realizan transformaciones, cambia su color, su olor y su textura y crea azúcares que hacen que su sabor sea tan delicioso.
El agua de la fruta no es un agua cualquiera, sino que está llena de nutrientes que el organismo necesita para vivir. Este agua realiza una doble función: en su camino de ida lleva a todas las células esos elementos tan valiosos como son enzimas, vitaminas, minerales, antioxidantes y azúcares y, en su camino de vuelta, arrastra las toxinas y deshechos acumulados para su eliminación. Por lo tanto, no sólo nutre sino que también limpia.
Empezar el día con un zumo de fruta recién exprimida o una macedonia de fruta fresca es la mejor manera de limpiar nuestro organismo, de la misma manera que nos duchamos o nos lavamos los dientes.
Sus variados y brillantes colores hacen que nos sintamos atraídos por ellas, pero también es su lenguaje particular, con el que nos dicen que tesoro llevan en su interior.
¿Por qué es importante el color de la fruta?
Ya hemos comentado que la fruta nos aporta gran cantidad de nutrientes beneficiosos para nuestro organismo, vitaminas, minerales, etc. Pero, además, la fruta contiene también otras sustancias menos conocidas, llamadas fitoquímicas que, aunque presentes en pequeña cantidad, son de gran importancia por los efectos beneficiosos que tienen en la salud y en la prevención de enfermedades.
Entre estas sustancias se encuentran los pigmentos que dan color a frutas y verduras. De esta manera el color nos ayuda a saber cuáles de estos agentes fitoquímicos están más presentes en unas y otras.
AMARILLO Y NARANJA
Estos colores nos indican que son alimentos ricos en beta-carotenos, el pigmento vegetal más importante del grupo de los carotenos, porque se transforma en vitamina A en el organismo.
Esta vitamina nos ayuda a mantener una piel sana y reforzar nuestro sistema inmunitario: protege la vista defendiéndonos de la formación de cataratas y degeneración macular. El betacaroteno tiene propiedades antioxidantes que nos protegen de los radicales libres producidos por el sol.
Ejerce una acción protectora frente a algunos tipos de cáncer.
Estos colores nos indican ademas que son ricas en vitamina C, especialmente los cítricos. Esta vitamina, además de ser un potente antioxidante, ayuda a la absorción de hierro y ácido fólico, este último muy importante en las mujeres embarazadas para el correcto desarrollo del feto.
Entre las frutas de este color encontramos albaricoque, melocotón, mango, caqui, papaya, piña, naranja y pomelo.
Entre las verduras, zanahoria, pimiento amarillo y calabaza.
ROJO
El color rojo de las frutas y hortalizas se debe a la presencia de pigmentos como el licopeno y las antocianinas, ambos de intensa acción antioxidante.
El licopeno mejora la salud cardiovascular, ayuda a mantener una buena memoria y reduce notablemente la incidencia de las patologías cancerosas sobre todo, de pulmón, próstata y aparato digestivo. Reduce los niveles de colesterol LDL y protege el sistema urinario.
Tanto el licopeno como las antocianinas ayudan a ralentizar el envejecimiento y previenen la degeneración macular.
Se encuentra sobre todo en tomates, pimiento rojo, rábano y entre las frutas, cereza, frambuesa, fresa y sandía.
Otro pigmento del grupo de las antocianinas es la betacianina, que confiere a frutas y verduras un rojo más intenso, casi granate. Es un buen antiséptico y antiinflamatorio, sobre todo del aparato digestivo. Se encuentra principalmente en la granada y la remolacha.
AZUL Y MORADO
Este color se debe a las antocianinas. Las frutas y verduras de este color son ricas en otros antioxidantes como el resveratrol.
Como hemos visto en el apartado anterior, las antocianinas se encuentran también en los vegetales de color rojo y es la mezcla con otros antioxidantes lo que define el tono final.
Ayudan a preservar la memoria y a combatir el envejecimiento ya que pueden neutralizar el proceso de oxidación celular originado por los radicales libres. Tienen también poder anticancerígeno e impiden la adhesión de bacterias a las paredes del tracto urinario, ayudando a mantener la salud del mismo.
Otro de los beneficios de las antocianinas es un suave efecto antiinflamatorio, por lo que se recomienda a personas con problemas articulares.
Las frutas y verduras de color morado contienen cantidades variables de diversas vitaminas y minerales, entre los que destacan el potasio, el calcio, el hierro, el magnesio y las vitaminas B y C. Aportan una importante cantidad de fibra dietética, ejerciendo una suave acción laxante.
Entre las frutas de este color destacan las uvas morada, arándanos, ciruelas negras, higos y moras. Entre las hortalizas, berenjena y col lombarda.
VERDE
Los alimentos de color verde son ricos en ácido fólico. Son muy importantes durante el embarazo, pues su alto contenido en esta vitamina ayuda a prevenir el riesgo de malformaciones en el feto.
Aportan minerales como hierro, calcio y magnesio, además de vitaminas B, C y E.
El color verde se debe a la clorofila, un pigmento natural muy abundante en la naturaleza, de gran poder antioxidante, ya que ayuda a la oxigenación de las células y previene su envejecimiento.
La clorofila tiene efecto depurativo y antiinflamatorio, ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre y estimula la formación de glóbulos rojos.
Uno de los componentes más beneficiosos de los alimentos de color verde es la luteína, antioxidante que ayuda a mantener una buena visión y protege contra la degeneración macular.
Entre las frutas destaca el kiwi, la uva verde, la pera y el aguacate. Entre las hortalizas la acelga, brécol, calabacín, espárrago verde y espinaca.
BLANCO
Los alimentos de este color son ricos en fibra, vitaminas del grupo B y C y minerales como el potasio.
Deben su color blanco al alto contenido en polifenoles, entre los que destacan las antoxantinas, de gran poder antioxidante.
Algunos como el ajo, contienen alicina. Este antioxidante reduce el riesgo de padecer enfermedades del corazón, ya que contribuye a mantener la presión arterial en los niveles adecuados y reduce los niveles de colesterol, evitando la oxidación del colesterol LDL.
Destacan en frutas como la chirimoya, nectarina blanca, melón o pera y en hortalizas como el ajo, cebolla, coliflor, endibia, espárrago y puerro.
Una buena idea es mezclar frutas de diferentes colores en macedonias y batidos y hacer más coloridas nuestras ensaladas mezclando varios tipos de hojas. De esta manera, obtendremos un aporte equilibrado de estas sustancias y nuestros platos resultarán mucho más atractivos.
La mejor forma de aprovechar los beneficios de frutas y verduras es consumiendo las de temporada, ya que están en su mejor momento y las vitaminas y minerales se encuentran más concentradas.